martes, 12 de abril de 2011

Desmontando la Teoría de la Multitarea
(extraído del texto de Javier Celaya "¿Nos hace la Web 2.0 más ignorantes?")

En la misma línea de pensamiento de los tres mencionados autores (N. Carr, J. Lanier y D. Rushkoff), varios neurólogos de reconocido prestigio, como Maryanne Wolf y Gary Small, entre otros, han demostrado en sus estudios que el cerebro humano está sufriendo un gran impacto debido a la agresión diaria que conlleva el uso de las nuevas tecnologías. Según estos expertos, nuestro cerebro no está aún capacitado para asumir el ritmo constante y la intensidad de estímulos cerebrales que comporta el consumo de cualquier tipo de contenidos culturales a través de los diferentes tipos de pantallas.

Hace varias décadas, el cerebro humano recibió una agresión similar con la aparición de la televisión, pero la intensidad de utilización no es comparable. Así como varios estudios señalan que los ciudadanos consumen hasta 3 y 4 horas diarias de televisión, el consumo de tecnologías sociales (acceso a buscadores, lectura de blogs, seguimiento de Twitter, actualización del muro de Facebook, etc.) se eleva a cerca de 8 horas en muchos segmentos de la sociedad dado que se utiliza tanto para fines personales como profesionales. La mayoría de los neurólogos afirma que el cerebro tardará al menos un par de generaciones en adaptarse plenamente a este nuevo medio.

El uso indebido y la aplicación errónea de las nuevas tecnologías sociales en los proceso de aprendizaje y acceso a la información están destruyendo habilidades cognitivas de gran valor para la construcción del pensamiento propio, como la concentración, la profundización en textos o la asimilación de datos. Los tres libros anteriormente mencionados señalan que la realización de varias tareas de forma simultánea -uno de los supuestos principales atributos de las nuevas generaciones de nativos digitales- resulta perjudicial puesto que limita la capacidad de atención y concentración en los contenidos que se están consumiendo en pantalla.

(...)

¿Obsolescencia?

Planned Obsolescence, Perceived Obsolescence

lunes, 11 de abril de 2011

¿Qué es eso de cultura digital?

En una conferencia sobre Cultura Digital, David Casacuberta[1] decía “Sería complicado para mí decir cuántas veces he leído que la cultura digital es el conjunto de producciones artísticas y culturales realizados mediante ordenadores y otros componentes electrónicos, pero seguramente son unos cientos. El caso es que si esos analistas dijeran que la literatura es el conjunto de producciones artísticas y culturales realizadas mediante una imprenta y con soporte de papel y no añadieran nada más, nadie se los tomaría en serio. La cultura digital, desafortunadamente, no tiene tanta suerte.”

Desde hace un tiempo existen pocos productos culturales en los que no haya un ordenador involucrado en el proceso de su creación, producción, desarrollo y distribución. Un libro se escribe utilizando Word o cualquier otro procesador de textos, se le da forma con el programa de edición correspondiente y se imprime con una impresora electrónica. Para la grabación de un disco se puede utilizar un multipistas digital, una grabadora a disco duro o el ordenador, por ejemplo, además de los toques adicionales que se quieran dar a los temas con la infinidad de “gadgets” disponibles (qué haría La Casa Azul sin las aplicaciones de su IPod y Mac). Un diseñador, un arquitecto, un ingeniero, utiliza el Autocad, u otro programa similar, para sus planos. Un fotógrafo, el Photoshop… entonces, hablar de soportes para definir la cultura digital creo que pierde todo el sentido.

Entonces, ¿se podría decir que la cultura digital hace referencia a los productos culturales “hechos con ordenador”?

No. En mi opinión, son productos fruto de otro modo de tratar los materiales, de la forma en que un artista concibe, desarrolla y da a luz a su obra y también de cómo el público interactúa con ellos.

La cultura digital es todavía un género muy joven, sobre todo si la comparamos con otras expresiones culturales como el teatro, la pintura o la escultura, que ya son milenarias, o el cine que ya ha cumplido su centenario y creo que su definición todavía está en construcción. Con la cultura digital nos encontramos ante otro fruto de la globalización que puede llegar a ser grande y hermoso (comunidad, simultaneidad, accesibilidad, intercambio, conocimiento...) pero que si no se cuida bien o se descuida podría dar lugar a un monstruo...



[1] David Casacuberta es Doctor en Filosofía. Profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. Responsable del Área digital de Trànsit Projectes.